En un mundo empresarial dominado por los hombres, las mujeres debemos saber hacer uso de nuestras mejores armas: Una perfecta combinación de talento, formación, perseverancia y estilo. La imagen de una mujer ejecutiva no tiene por qué ser masculina.
El estilo femenino no está reñido con la capacidad para inspirar el rigor y seriedad propios de un puesto de responsabilidad. La clave radica en saber encontrar un perfecto equilibrio entre tu feminidad y la imagen de autoridad que se espera de ti.